viernes, 2 de septiembre de 2016

EL PROCESO DE LA MUERTE- SEGÚN LA TEOSOFÍA

EL PROCESO DE LA MUERTE- SEGÚN LA TEOSOFÍA

El proceso de la muerte se inicia cuando el alma retira su energía del cuerpo físico denso. Esto puede ocurrir en un periodo de tiempo más largo o más corto. Una serie de ataques al corazón o una enfermedad que llega a hacerse cada vez más grave podría ser señal de que el alma está iniciando este proceso. Tan pronto como la mjerte tiene lugar, los cuerpos sutiles, los cuerpos astrales y mentales dentro del vehículo etérico, se separan del cuerpo físico denso.
 Esto, también, puede ocurrir rápidamente o más lentamente, pero los Maestros aconsejan que deberían esperarse tres días antes del entierro o (preferiblemente) la cremación para asegurar que el cuerpo etérico se haya separado completamente de su contraparte física.
La conciencia individual se queda entonces en el cuerpo etérico, que en su momento también será desechado. Las partículas de sustancia que constituyen el vehículo etérico fluirán entonces de regreso hacia el océano de energía etérica que nos rodea. La rapidez de ese proceso de desintegración depende del karma del individuo. Cuando el vehículo etérico ha sido desechado, la envoltura astral da a la persona conciencia en el plano astral, donde permanecerá durante un tiempo en uno y otro de los siete planos astrales que mejor corresponde con su naturaleza astral.

 Allí tendrá que enfrentarse otra vez con sus deseos postergados de su vida terrenal y a menudo permanece tan atrapado por ellos que la vida en ese plano se convierte en una realidad para el.
En el plano astral uno hace lo que, normalmente, habría estado haciendo en la encarnación en el plano físico. Si la conciencia está muy focalizada en el astral, con muy poco enfoque mental, tal persona podría permanecer en el plano astral durante un largo tiempo, "largo" a nuestra manera de pensar, porque fuera del terreno del cerebro físico no existe el tiempo. Aunque la vida en plano astral es un hecho, tal como es un hecho en el plano físico denso, es, sin embargo, sólo una ilusión. Todas nuestras esperanzas, miedos y agresiones, nuestros odios, envidias y vicios, forman potentes formas mentales que deben tarde o temprano disolverse. Por lo tanto, el único infierno que encontramos es el de nosotros mismos hemos creado en los planos astrales. El infierno que encontramos es el infierno de nuestros propios deseos, nuestras atrocidades, nuestra propia separación y nuestros propios resentimientos y miedos que habitan el reino astral. Este es el principio detrás del consejo de los Maestros , que aprendamos a controlar nuestros pensamientos y reacciones emocionales.

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